
Aconteció también que un día pasaba Eliseo por Sunem; y había allí una mujer importante, que le invitaba insistentemente a que comiese; y cuando él pasaba por allí, venía a la casa de ella a comer.”
2 Reyes 4:8
La sunamita era una mujer entendida y sabia en los tiempos, leemos en la historia como Dio morada al hombre De Dios y hizo un aposento para que él descansara porque era sensible al mover De Dios.
Muchas veces el afán del mundo y de lo cotidiano no permite que seamos sensibles al mover De Dios, llegamos a pasar a desapercibida la voz del Espíritu Santo para nuestras vidas, podemos ver en la historia que esta mujer entendió y por cuanto entendió, Dios le dio un milagro.
Pero vemos un trágico giro en la historia, el hijo del milagro muere, pero está mujer entendida en Dios, corre a la fuente de la presencia; no importa que estes pasando, ni cuál sea tu situación, tenemos que correr a la fuente de la presencia De Dios, al lugar donde los sueños muertos resucitan y los dormidos despiertan. Puede ser difícil porque todo se muestra en contra, y llegamos a decir “yo no pedí nada de esto” “así no me imaginaba que pasaría las cosas” pero es un tiempo de declarar: Vive mi alma y vive el señor que no me iré de aquí hasta que vengas, no me iré de aquí hasta que tu presencia venga a mi vida, llegue a mi situación, sane mis heridas, entré a mi casa y a la vida de mi familia; es algo que va a costar, pero también es algo que valdrá la pena, porque El viene siendo todo.
Queremos tu presencia en nuestras vidas, anhelamos que habites con nosotros y vengas a transformar todo lo que estaba muerto y perdido, porque solo tu presencia puede cambiar el destino de mi vida.
Hoy te invitamos a que entres a un tiempo de oración, pidiéndole más de su Espíritu Santo, Él es el consolador y la fuente de todas las cosas, si lo tenemos a Él nada más nos faltará, porque será guía para nuestro camino y paz para nuestros corazones.
El espíritu De Dios está hablando en esta temporada.