
Dios en este pasaje le pide a Abram que deje todo, su hogar, sus parientes y su país de origen para que se aventure a una tierra desconocida.
Pero sigue con el pacto que se basa en las promesas de Dios.
Si contamos de este versículo cuántas promesas Dios le está haciendo a Abram en total serían 7: Le prometió hacer una gran nación de Abram, hacer famoso su nombre, bendecir su familia
Abraham en obediencia decide creer en Dios. El creer una promesa depende enteramente de la fe en el que la promete.
La confianza y fe de Abraham estaban puestas en Dios.
El problema es que muchas veces nosotros confiamos y fijamos nuestro corazón en lo prometido y no en quien lo prometió. O creemos en Dios pero dudamos de lo prometido.
Para en ambas situación confíen en Dios, dejando que el tome control de nuestra vida, dejándonos guiar por el
e iniciando una relación íntima tratando de captar estas promesas en fe y que la fe mire a Dios más que a lo prometido.
Es fácil confiar en alguien que conoces. Si un desconocido llega y te promete muchas cosas, no le creerías porque no le conoces lo suficiente, más si alguien muy cercano a ti te dijera estas cosas es muy diferente, ahora si confiarías y creerías en lo que él te está diciendo, por eso es la importancia de tener una relación con el Padre para crecer en fe y poder creer en la promesa que te de.
Después de que Abraham arribó a la tierra que Dios quería que él viera, Dios le anunció que Él les daría esta tierra a sus descendientes. Como Abraham obedeció y creció en fe, Dios continuó revelándole las bendiciones que él y sus descendientes recibirían.
Hoy te invitamos a que conozcas y confíes plenamente en Dios ya que el que confía en Él le es fácil confiar en la promesa. Por lo tanto vive en comunión constante e íntima con Él para que crezcas en fe. Fiel es el que hizo la promesa.